viernes, 16 de noviembre de 2018

DÍA DEL FLAMENCO






DATOS DEL POETA: Fernando Quiñones (Chiclana de la Frontera, 1930; Cádiz, 1998) fue ensayista, narrador, dramaturgo, poeta y flamencólogo. En este último perfil, fue además un divulgador incansable. Miembro de la Cátedra de Flamencología de Jerez de la Frontera, dirigió y fue guionista del mítico programa Flamenco, de TVE. Colaboró asiduamente con el programa Rito y geografía del cante. Su poesía completa Crónica Personal, está editada por la Fundación José Manuel Lara.

Para los alumnos: DIBUJA LIBREMENTE ESCUCHANDO MÚSICA FLAMENCA
Para los adultos de nuestra Comunidad Educativa:
Buscad el poema MÚSICA FINAL pinchando aquí
COMENTARIO
: Este comentario nace cojo, porque ignoro a quién va dedicado. No sé quién es ese músico exiliado. Sin embargo, puede leerse como puede escucharse un cante por soleá, aunque no se conozcan todas las claves para entenderlo, se puede vislumbrar el sentido. El músico al que se refiere el poeta gaditano se puede concebir como un arquetipo de la existencia humana. Cualquier hombre o mujer ha pasado por lo mismo: el fracaso del amor, el tiempo desgastando inexorablemente los sueños, la soledad que supone aprender a morir. 
Pero también se destaca, en el caso del músico, la posibilidad de reivindicar una vida más honda, bella incluso. Una fuerza que desde el cosmos nos ilumina y nos salva de la muerte. Porque en eso consiste el arte auténtico, el que emociona, el que te arranca de la mediocridad y que trascendiendo te descubre otras posibilidades de la existencia. 
Ignoro al artista exiliado, no importa. Pero lo imagino del ámbito del flamenco en esta ocasión que queremos conmemorar. Porque además, en el flamenco, el dolor, el quejío, las circunstancias materiales  de pobreza y exclusión social han dado, por contrapartida, un arte más puro, más hondo, más eterno. Escucho a veces flamenco y aunque su universo es vasto y mi ignorancia, al respecto, también, soy capaz de señalar artistas, cantes, coplas que hacen mi vida más completa, más verdadera. Aunque el amor se acabe, aunque el tiempo lo devore todo y sepamos en el fondo que estamos solos frente a la muerte, el flamenco nos enseña que la vida merece la pena cuando asistimos a la experiencia sublime de escucharlo. La música nos hace mejores y distintos y por eso el flamenco es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Cualquier ciego al que le lata el corazón lo ve. Reivindiquemos y celebremos desde las aulas este tesoro, por tanto, que no tan cerca tenemos de nosotros mismos.


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