La Declaración Universal de los Derechos del Niño
(1959) y la posterior Convención (1989) son, sin duda, dos de los documentos
más elaborados que ha producido la humanidad. Ambos documentos son una
propuesta de “buenísimas voluntades” de lo que debería hacer la sociedad a
favor de los niños; es la plasmación escrita de lo que, en palabras del
presidente de la Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI-WAECE), “sin duda, a todos nos gustaría que así fuera”. Sin embargo, y por
desgracia, aún queda un largo camino para que los Derechos se cumplan. En la mayoría de los países, no deja de ser una mera utopía, en especial, los de las niñas.
Fieles al propio texto, cuando afirma “Que la humanidad debe al niño lo mejor que puede darle”, se debería hacer un
esfuerzo mucho mayor para que todos los niños gocen de estos Derechos.
Desde AMEI-WAECE se recuerda que su aplicación es obligación
de los gobiernos, pero también define las obligaciones y responsabilidades de
otros agentes como los padres, profesores, profesionales de la salud,
investigadores y los propios niños y niñas. “No podemos echar la
culpa de todos los males a los políticos, la convención exige un esfuerzo de
todos”, explican.
“Todo niño tiene derecho a la educación y es obligación del Estado asegurar
por lo menos la educación primaria gratuita y obligatoria”.
Esta asociación lamenta que el artículo 28 de la
Convención, el que habla de la educación, no incluya la educación desde el
nacimiento. “Es necesario actualizar este artículo ya
que los beneficios de la educación desde el nacimiento son cada día más
conocidos”. Juan Sánchez recuerda que ya 1990 en la Declaración Mundial “Educación
para todos” auspiciada por UNESCO ya habla de que “El aprendizaje comienza con el nacimiento. Ello exige el
cuidado temprano y la educación inicial de la infancia, lo que puede
conseguirse mediante medidas destinadas a la familia, la comunidad o las
instituciones, según convenga”.
También nos recuerdan desde AMEI-WAECE que en la
Declaración de los Derechos del Niño (20 de Noviembre de 1959), el principio VII menciona explícitamente que “El interés superior del
niño debe ser el principio rector de quienes tiene la responsabilidad de su
educación y orientación”. Lo que en palabras de Juan Sánchez Muliterno es
necesario recordar ya que muchas de las decisiones que se toman en materia de
educación NO tienen en cuenta al niño. Y también recuerdan desde esta
asociación de maestros que “dicha responsabilidad incumbe en primer
término a los padres, según la Declaración de los Derechos del niño”.
También alertan desde esta asociación que, si bien los
Derechos del Niño son fundamentales e indiscutibles, es importante para que
éstos se cumplan, que toda la sociedad, incluyendo los propios niños, conozca
que todo “derecho” conlleva una serie de
responsabilidades que se convierten en “deberes”.
Como explica Juan Sánchez Muliterno, Presidente de la
Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI-WAECE) “Así por ejemplo, si <El niño tiene derecho a recibir
educación> (principio séptimo), tendrá el deber de atender y comportarse
bien en el aula, de colaborar para hacer sus tareas en el aula y casa y de ayudar
a los otros en el aprendizaje”.
Para que este juego de “derechos
y deberes” pueda realmente funcionar, es preciso que desde la primera
infancia, eduquemos al niño en este sentido. Como defiende Juan Sánchez
Muliterno, “es necesario, de una vez por todas,
organizar un sistema educativo que tenga como resultado la interiorización de
derechos y deberes, de valores, y se hace más importante en un momento donde la
sociedad ha demostrado que “los derechos de los demás” están en franco
retroceso. Al principio de la segunda década del siglo XXI los humanos nos
hemos vuelto, aún más, insolidarios y ya sólo vivimos para nuestra propia
supervivencia, sin importarnos los demás. Vivimos en la cultura de la
violencia y del menosprecio. Vivimos en la cultura de los “derechos pero no de
los deberes”.
Si los Países, que bien quieren disfrutar de sus
derechos, no asumen sus deberes, desde AMEI-WAECE les recordaremos que “Es también obligación los Estados que la han ratificado el adoptar las
medidas necesarias para dar efectividad a todos los derechos reconocidos en la
Convención”
Por todo ello, la Asociación Mundial de Educadores
Infantiles (AMEI-WAECE) quiere hacer un llamamiento a la sociedad para que los
distintos agentes educativos conozcan los derechos de los niños, pero sobre
todo ofrezcan un programa educativo donde no sólo se hable de los “derechos”
sino que, asumiendo los deberes, poco a poco seamos
más tolerantes y comprensivos y, en consecuencia, todos podamos Convivir Juntos
y en Paz en la sociedad del mañana.
“Todos quieren disfrutar
plenamente de sus derechos, pero pocos quieren asumir sus responsabilidades y
la EDUCACIÓN juega un papel clave”. ¿Empezamos?
Una Declaración preciosa en sus
intenciones pero que aún le queda un largo camino por recorrer. Ahora bien
los niños tienen sus derechos y casi siempre se olvida que cada derecho tiene
implícita unas obligaciones. Para poder trabajar los “DERECHOS y OBLIGACIONES
DE LOS NIÑOS” os invitamos a que os descarguéis este libro de manera gratuita
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