viernes, 6 de marzo de 2020

DÍA DE LA MUJER


El día 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer. Podéis celebrar la jornada con los siguientes recursos.
También sugerimos la siguiente actividad: 
"Haz un reportaje sobre la vida de una gran mujer: elige una mujer a la que admires, sea tu madre, hermana, tía, profesora o alguna heroína de la historia, de los cómics, una científica o una deportista… Pide ayuda en casa para elegirla o para buscar información en internet. Escribe cinco líneas sobre su biografía y otras cinco que expliquen por qué la has elegido, qué la hace especial y admirable. Di qué cosas de ella querrías tener tú también."

Creemos que mujeres y hombres compartimos un mundo en el que todos somos importantes y en el que las mujeres han cumplido y cumplen un papel fundamental en todos los ámbitos y que, sin ellas, nuestras vidas no serían lo mismo. ¡Demos a todas las mujeres del planeta visibilidad, y todo nuestro cariño y admiración!


Mujeres olvidadas y libros de artista.
Un LIBRO DE ARTISTA no es cualquier cosa. El continente
determina el contenido. En el caso de nuestra temática, se trata
de visibilizar de una manera atractiva la vida y la obra de mujeres
olvidadas por la historia en los diversos campos de la cultura:
ciencia, literatura, tecnología, poesía, filosofía, lucha por los
derechos, etc.


ENLACE




Como homenaje a una mujer LITERATA se ofrece una lectura para los adultos de nuestra Comunidad Educativa:
A CÁDIZ de Carolina Coronado
No es sueño, es la verdad ¡oh mar! te veo… no es sueño, es la verdad, ¡estoy contigo!… no es sueño, es la verdad, tus ondas sigo y sacio en contemplarte mi deseo; aquí está la verdad en que yo creo, aquí habita el Señor que yo bendigo, y siento entre estas vívidas montañas el hondo palpitar de sus entrañas.
¡Tú eres el mar!… ¡el mar!… no eres el río; el horizonte con tus brazos llenas, y en vez de murmurar bramas y truenas maravillando el pensamiento mío, pero en tu seno con placer confío recuerdos, dichas, esperanzas, penas, sin que un instante me acobarde el miedo de que en tus ondas sumergirme puedo.
¿Miedo de ti? ¿Por qué? ¿No es de la tierra de dónde vengo yo? ¡Por qué temerte! ¿Amenazas tú más que con la muerte ni tienes sino el agua que dé guerra? ¿En dónde tu maldad ¡oh mar! se encierra para que así nos acobarde el verte? ¿Qué me puedes hacer? ¿Tragar mi barca?… La Francia se ha tragado a su monarca.
¿A dónde vais, pobres gaviotas, huyendo así del horizonte oscuro? ¿No teméis el morir al pie del muro en sangre tintas vuestras alas rotas? Hubo una edad entre las más remotas, en que la tierra fue asilo seguro; pero lanzados ya de aquel asilo, el torrente del mar es más tranquilo.
¡Ah! yo no sé; pero al mirar de lejos la vasta soledad del agua hermosa, me siento de vosotras envidiosa que podéis habitar en sus espejos; los marinos nos dan tristes consejos, porque huyamos del agua borrascosa; pero al lanzarnos de tan bella casa, no saben ahora lo que en tierra pasa.
¡Cuánto más blando el mar que nos rodea, aunque el torrente abata vuestros vuelos, será que las pasiones, los desvelos de esa región que a nuestra vista humea! ¡No os vais del mar! El alma se recrea soñándose suspensa entre dos cielos, y si no tengo yo en las verdes salas, menos debéis temer que tenéis alas.
¿Qué he de temer? ¿Que el mar en sus extremos de sal inunde mi entreabierta boca? ¡La sed que en medio el agua nos sofoca en la salada lluvia saciaremos! Más salado es el llanto y lo bebemos en tierra seca, y no en corriente poca, siempre con ansia igual, con igual daño un día y otro, uno y otro año.
¡Oh mil veces feliz ave y marino, que cruzan sin temor esas montañas, y más dichosa tú la que te bañas, Cádiz, en ese golfo cristalino! Allá te veo entre el flotante lino salir, hermosa, honor de las Españas, cual salen las palomas por el río cuando a bañarse van en el estío.
Hija de las entrañas de Océano, como sus conchas y sus peces eres, y las que guardas célicas mujeres son perlas escogidas por tu mano, a bordo de tu buque soberano Siempre embarcados, tus felices seres, Gozan en paz de la ilusión divina De este viaje que jamás termina.
Cuando del muro los estrechos lazos salta y el onda tu cabeza baña, dicen que quiere con terrible saña tragarte el mar en míseros pedazos, pero es que te acaricia entre sus brazos como a sus tiernos hijos la alimaña, y cuando más parece que te abruma te da la leche de su blanca espuma.
¡Ciudad de torres solitaria y bella! todo es hermoso en tu recinto amigo; el pobre halla limosna y halla abrigo, y aun da a otros pobres el sobrante de ella. Cuando me lleve mi contraria estrella lejos de ti; me soñaré contigo… si es que duerme bastante para el sueño quien nada espera dulce ni risueño.

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